Los logotipos, son la cara de la identidad corporativa, la fachada de las marcas. Son actores principales en nuestra vida diaria: se presentan, nos saludan, nos dicen quienes son y en algunos casos, nos seducen y nos invitan a comprar. Son nada menos que la cara y ojos de las empresas, y aun así, unos grandes desconocidos e incomprendidos, dado que la mayoría de la gente desconoce el trabajo y esfuerzo que conlleva la creación de un buen logotipo.
1. Breafing
El primer paso, cuando te solicitan la creación de un logotipo para una marca y ya has leído el breafing , es sumergirte en el sector de esa marca desde diversos vértices (marca-cliente-competencia-oportunidades-amenazas), meterse en su mundo, empaparse de su idea, visualizar a través de ella, conocer el funcionamiento de su actividad, las personas que trabajan, el tono del mensaje que utilizan… detalles que pasan desapercibidos pero que los creativos nos empapamos para poder, más tarde, recrear junto con nuestra cultura visual y los objetivos planteados, una visualización mental abstracta de donde se situaría visualmente esa primera idea.
2. Investigación
Es el momento crucial en el que a través de una imagen, vas a encapsular el concepto-idea de la marca, aquello que representa, los valores que se quieren transmitir, las sensaciones que se quieren provocar, y muy especialmente, lo que en marketing denominamos Unique selling proposition y Reason Why (que vendemos y por qué).
Es importante analizar la competencia, las oportunidades de negocio que ofrece el momento actual y futuro, el público al que va dirigido y su perfil económico-social. También es importante detectar las sensaciones culturales de la sociedad actual, para poder conectar con el público.
3. Bocetaje
Es el momento de plasmar en papel o en pantalla las primeras soluciones gráficas a la forma conceptual que hemos imaginado. El proceso de creación gráfica, como cualquier proceso creativo, es una especie de creación en barro, donde a partir de formas que se asocian a nuestra idea, vamos puliendo y perfeccionando, restando elementos que no funcionan, y modificando poco a poco de forma jerárquica la forma , hasta obtener una creación lo mas pura posible que encaje con la idea ideal abstracta.
Podríamos definir un logotipo, como la aproximación gráfica más pura a una idea conceptual
4. Diseño
Pasamos a dibujar con el programa vectorial adecuado (Affinity, Illustrator., InDesign) el logotipo final. Normalmente habremos hecho un bocetaje con incorrecciones, pero el logotipo debe ser limpio y con el mínimo número de formas posibles.
Habremos de tener en cuenta la simetría de las proporciones, su armonía y elección de colores y fuentes tipográficas. En el diseño del logotipo se tiene en cuenta la gama cromática que servirá de columna vertebral a toda la identidad corporativa. La elección de color predominante no solo transmite unos valores o sensaciones al público, también es el vehiculo que cohesiona la marca, a los clientes y a los empleados.
5. Presentación
Es hora de presentar la propuesta al cliente. En este momento debemos estar un paso por delante de él. Has sido capaz de otear el horizonte en el que se va a desenvolver la marca y tienes que ser creíble y convincente. Es importante estar seguros y convencidos que nuestra propuesta gráfica no solo ha sido capaz de recoger las ideas y objetivos del cliente, sino de superarlos, haciendo que nuestra propuesta de logotipo, lleve la marca un poco más lejos.
Lo habitual es que si la presentación funciona se debatan ciertas correcciones menores a considerar, que serán incorporadas al diseño final.
6. Desarrollo y aplicaciones
Cuando el logotipo tiene el aprobado final, se confecciona el manual de estilo, donde se explica y acota el desarrollo de la comunicación identitaria, la aplicación correcta del logotipo y en definitiva cómo debe usarse para que mantenga la coherencia.
Aquí tienes un maravilloso esquema que te ayudará a recordar estos 6 principales pasos de la construcción de un logotipo.